- Persona
- Orosháza, Imperio austrohúngaro, 1913 - Llanes, España, 2000

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Onomásticos (personas, familias e instituciones)- Persona
- Madrid 1903 - 1994
Martín Santos Yubero nació en Vallecas (Madrid) en 1903, el 11 de agosto según su DNI, en una casita cerca del depósito de máquinas de la Compañía de Ferrocarril M.Z.A (Madrid-Zaragoza-Alicante), de la que su padre era maquinista.
A los 7 años, tras el abandono del hogar por parte de su padre, se trasladó a Lavapiés con su madre, que encontró trabajo allí en una casa de comidas muy conocida: “Casa Lastra”, en la calle del Olivar. Se instalaron madre e hijo en un modesto apartamento en el mismo edificio. Ya no saldría nunca de Lavapiés ya que, cuando se casó y se mudó a otra casa, en la que viviría hasta su muerte, ésta estaba también en Lavapiés, en la calle de la Cabeza.
Consigue su primer empleo, con 12 años, fue como dependiente en una guantería y su segundo empleo, como dependiente en la casa Loewe, en la calle Gran Vía.
Desde muy joven se interesa por el mundo de los toros y del espectáculo, aficiones que le acompañaron a lo largo de toda su vida y que marcaron su trayectoria profesional.
A los 17 años se compró su primera cámara, una Kodak de cajón, por veinte duros, que apenas sabía manejar y con la que empezó a hacer fotos como aficionado. Se dedicaba a retratar a las jóvenes que participaban en concursos de belleza y las distribuía a revistas y periódicos. Así ganó su primer dinero con la fotografía. Al tiempo, “se colaba” en los estudios de los grandes fotógrafos como Alfonso, haciéndose amigo de los aprendices que trabajaban allí para acercarse a ellos. Conoció también entonces a Alfonsito, hijo de Alfonso.
Sus comienzos en el mundo de la prensa gráfica se pueden considerar como encuentros casuales. En la casa de comidas donde trabajaba su madre se reunía parte de la redacción del periódico El Imparcial, entre los cuales surge una tarde el problema de no poder cubrir una corrida en la plaza de toros de Tetuán de las Victorias. Ante ello el responsable de la información taurina del periódico le reta a escribir la crónica del festejo. Tras este episodio, Santos Yubero desempeña entre 1920 y 1923 la misión de reportero taurino de la Plaza de Toros de Tetuán de las Victorias.
En 1927 recibe el carnet profesional de reportero gráfico. Sus primeros reportajes, le sirvieron para que Delgado Barreto, entonces director de La Nación, le llamase en 1927 para formar parte de la redacción, tras observar la forma en que trabajaba durante una corrida de toros. En este caso se trata de las primeras imágenes que Santos Yubero publicó en la prensa, bajo la firma “Foto Santos Yubero”, que adoptaría el fotógrafo en todos sus trabajos posteriores.
En su época de La Nación inició una incesante actividad profesional aprovechando para aprender todo lo que podía de los grandes fotógrafos del momento, entre los que admiraba, sobre todo a Alfonso padre y Campúa padre. De ellos manifestaba que aprendió que un reportero gráfico debe estar en todas partes, servir para todo, hacer fotografías de todo, no sólo taurinas, que era lo que él había hecho hasta el momento. Se definía como autodidacta y periodista intuitivo por excelencia: eso es lo que fue.
Tras su matrimonio se traslada a la calle de la Cabeza, montando en su propia casa la redacción, archivo y despacho.
En 1931, con la proclamación de la República, se abrieron las puertas de un nuevo tiempo. Fueron los años en que rompió su relación laboral con La Nación, empezando a competir como freelance con los grandes reporteros madrileños de su generación.
De esta forma colabora en medios de distinta tendencia ideológica, desde Ahora, hasta ABC, Estampa, La Tierra, Ya o el diario Luz, que entonces dirigía Corpus Barga. En 1933, se unió al recién creado Diario de Madrid. En aquel mismo año comenzó a combinar el uso de su cámara de gran formato, con una Contax de 35 mm, propiedad del periódico.
En 1935, Vicente Gállego le llamó para hacerse cargo del servicio gráfico del diario Ya. Cuando se inició la Guerra Civil, se produce la incautación de la rotativa y de las cámaras, por lo que volvió como freelance y con sus viejas cámaras de placas, con las que trabajó durante los años de la contienda, en sociedad con los hermanos Benítez Casaux. Con ellos creó una agencia gráfica que enviaba sus fotografías a La Voz, La Libertad, Crónica y al diario ABC republicano.
Concluida la Guerra Civil, volvió a su antiguo trabajo en el diario Ya, en el que dirigió un magnífico equipo de profesionales, integrado entre otros por Gabriel Carvajal, Luis Milla, Lucio Soriano, Ignacio Teresa y Sanz Bermejo, que cubrieron todos los hechos importantes de aquellos años: escenas callejeras, inauguraciones, y reportajes deportivos, teatrales y taurinos.
Publicó varios libros monográficos sobre Manolete, el primero en Madrid en 1944 “Manolete en tres Ferias ( Valencia, San Sebastian y Bilbao )” y en 1947 “Manolete, El Artista y El Hombre” con dibujos de Antonio Casero.
Durante su vida fue objeto de diversos premios, distinciones y condecoraciones: medalla de oro de la Semana Santa madrileña; medalla de oro de Estampas de Pascua; medalla de Plata del Trabajo; Premio Nacional de Teatro 1972; órdenes literarias de “Valle Inclán”, “Gómez de la Serna”, “Arco de Cuchilleros”, etc.
Fue miembro de la Junta directiva de la Asociación de la Prensa de Madrid entre los años 1965 a 1973. También fue vocal del Consejo Nacional de Prensa durante 5 años y secretario de actos de la Unión de Informadores Gráficos durante los 10 años de existencia de esta institución.
En 1974 finaliza su actividad laboral y se jubila.
Falleció en Madrid en 1994 a los 91 años.
- Persona
- 1920-1997
Cristóbal Portillo Robles nace en Cehegín (Murcía) en 1897 y muere en Madrid en 1957.
Cursa estudios en Granada y desde muy joven descubrió su pasión y vocación profesional por la fotografía. En 1915, con tan sólo 18 años, decide marcharse a París para estudiar la profesión, lugar en el que es testigo de los bombardeos de la ciudad durante la Primera Guerra Mundial.
Dos años más tarde regresa a España convertido en retratista. Durante la prestación del servicio militar en Larache ejerce como retratista de los mandos y oficiales, hasta que en 1920 se convocan unas oposiciones para fotógrafo de la aviación siendo destinado a la Escuela de Pilotos de Getafe.
Acompañado de su cámara fotográfica viajó a Francia, Inglaterra, Alemania e Italia, lugares que reflejó en buena parte de su obra.
Casado con Purificación Espadas Padial, tuvo 5 hijas, las cuales se hicieron cargo a la muerte de su padre del estudio fotográfico.
Funda su primer estudio en 1931 en la galería del último piso de un inmueble situado en la la C/Concepción Jerónima nº 3 de Madrid, pero poco después se instala en la Plaza del Ángel, nº 16/17, donde monta uno de los estudios más acreditados de Madrid, en el que llegaron a trabajar hasta 18 personas.
En el ámbito profesional desarrolla una doble labor fotográfica:
• Por un lado dirige su estudio como fotógrafo independiente, viviendo de los encargos que le hacían las empresas y particulares.
• Por otro lado desarrolla su faceta de redactor gráfico en periódicos y revistas de época como: Hoja del Lunes, ABC, “Mundo Hispánico”, “Luna y Sol”
Cristóbal Portillo fallece el 9 de febrero de 1957, tras una enfermedad que sólo consiguió separarle de su actividad profesional en sus últimos momentos. Sus familiares se hacen cargo del Estudio fotográfico: entre ellos su hermano Lorenzo Portillo (1895-1964), que firma sus trabajos bajo el pseudónimo “Reflejos” y las hijas de Cristóbal, que continúan al frente de la labor profesional del prestigioso Estudio hasta 1997.
Señalar que a pesar de la amplia difusión que tuvieron los trabajos de la Casa Portillo, no existen, hasta la fecha, estudios críticos sobre el conjunto de su labor, siendo muy escasas las referencias sobre la misma incluidas en la literatura científica sobre historia de la fotografía.